China impone su dominio comercial frente a un EE.UU. impávido
Muchos analistas sostienen actualmente que Estados Unidos perdió influencia comercial. Y por su propia voluntad, debido a que el presidente Trump renunció a acuerdos importantes como el TPP. La negociación estaba terminada y era un buen negocio. De hecho, había alcanzado muchos puntos novedosos, como por ejemplo reglas para el comercio digital.
Y, definitivamente, era en interés de los mismos estadounidenses. Ahora se quedan con las manos vacías, porque el acuerdo chino es mucho más plano, en el sentido de que contiene menos elementos novedosos, pero esencialmente apoya la liberalización comercial.
¿Qué tanto poder tendrá ahora China?
Según expertos, la nación asiática no tendrá más poder que el que ya tenía por su propia fuerza política y económica. Pero envía una potente señal de que está en condiciones de alcanzar acuerdos individuales con los estados de la Asean, como ocurrió a fines de la década de 1990 tras la crisis asiática.
Sin embargo, ahora se uniría la región completa, incluidos Japón y Corea del Sur. La inclusión del primero es particularmente importante, porque es el país que, tras la retirada de EE.UU. del TPP, trabajó para que los otros 11 países se quedaran en el acuerdo.
China lo que quiere es atraer más inversión extranjera, pero también controlar lo que se hace con esas inversiones en su mercado. Y allí Japón y Corea del Sur no tuvieron más remedio que aceptar el acuerdo para no ver afectadas sus propias inversiones en el gigante comunista.
¿Qué representa esto para la Unión Europea?
La Unión Europea se limita al vincular sus acuerdos económicos con objetivos políticos. Esto incluye los derechos humanos, pero también la sustentabilidad, la protección de la sociedad civil, la promoción de las pequeñas, medianas empresas.
La UE intenta conseguirlo en acuerdos como el que negocia con Mercosur, pero es muy difícil en el sudeste asiático, donde los derechos humanos no son un foco de interés. Por ejemplo, no logró concretar ningún acuerdo con los estados de la Asean porque países como Tailandia (con un gobierno militar) o Myanmar (por su trato con los rohinya) no cumplen con los criterios que los europeos consideran necesarios.
Actualmente, Europa tiene dos acuerdos de libre comercio muy importantes con Japón y Corea del Sur. Y tiene también un intento de alcanzar un acuerdo bilateral de protección de inversiones con China. Las negociaciones llevan siete años y debieron terminar este año, durante la presidencia de Alemania de la UE. Pero eso no ocurrió. Ahora la UE debe decidir: o se distancia de sus estrictas directrices en materia de diálogo político o se quedará atrás de los países asiáticos a la hora de celebrar acuerdos.
EE.UU. y Biden
Como presidente, Joe Biden primero tendrá que actuar en asuntos de política interna. Es posible que, en el corto plazo, no de ningún impulso significativo para corregir lo hecho por Trump. Es probable que la UE presione para que se reanuden las conversaciones estancadas sobre un acuerdo de libre comercio transatlántico (TTIP), y eso podría tener una respuesta positiva de parte del recién electo. El TPP no será retomado por Biden en el breve plazo. Y alcanzar un acuerdo con China eso será absolutamente imposible, tal como lo indican los analistas.
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