El libre comercio es la opción ideal para generar un crecimiento regional
El libre comercio es un concepto económico referido a la venta de productos entre países, en el que se eximen los aranceles y cualquier forma de barreras comerciales. El mismo supone la eliminación de barricadas artificiales (reglamentos gubernamentales) al intercambio entre individuos y empresas de diferentes países.
En una zona de libre comercio los países firmantes del tratado se comprometen a anular entre sí los aranceles en frontera, es decir, los precios de todos los productos entre ellos siendo los mismos para todos los integrantes del territorio, de forma que un país no puede aumentar (mediante aranceles a la importación) el precio de los bienes producidos en otro país que integran el acuerdo.
El comercio internacional es a menudo restringido por diferentes impuestos nacionales a los bienes exportados e importados, así como otras regulaciones no monetarias sobre los productos importados. El intercambio sin barreras se opone a todas estas restricciones.
¿Cómo surgió?
Fue una doctrina política surgida en el siglo XVIII en oposición al entonces reinante mercantilismo. Su premisa básica es que las restricciones impuestas por los gobiernos al intercambio voluntario de bienes y servicios perjudican a la economía y disminuyen el volumen de comercio. Sus defensores se dividían entre Utilitarios, que defendían el pragmatismo y las ventajas de incrementar el comercio, y los Manchesterianos (o liberales) que defendían el derecho fundamental de todo hombre a intercambiar libremente su propiedad con nacionales y extranjeros.
Su mayor victoria fue la derogación de las Leyes de Cereales por parte de Robert Peel en 1846 tras una larga y célebre campaña por parte de Cobden y Bright. Desde 1950, cuando Robert Schuman lanza la idea que lleva a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), lo que constituye el inicio de la actual Unión Europea.
Esta organización implementó distintas formas de libre comercio entre sus miembros mediante las zonas francas. En 1994, Estados Unidos inició su primer ejercicio de libre comercio con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que incluye a México y Canadá.
Los críticos de estos tratados los ven como una forma de protección de los intereses de las empresas multinacionales. Otros más críticos aún como los mutualistas piensan que sencillamente la retórica del «libre comercio» o «libre mercado» cooptada por las élites económicas para favorecer el corporativismo.
Los partidarios de este comercio reclaman que no haya intervenciones o subsidios que distorsionan los precios. Existe un debate permanente de si el mismo ayudará o no a las naciones del tercer mundo. Se cuestiona incluso si es conveniente o no para las naciones desarrolladas. Muchos economistas argumentan que el libre comercio mejora la calidad de vida a través de la teoría de la ventaja comparativa y de las economías de escala.
Otros argumentan que el libre comercio permite a los países desarrollados explotar a los subdesarrollados, destruyendo la industria local de estas naciones. Como argumento a favor, el mismo supone un estímulo a los países a depender económicamente entre sí, con lo cual se disminuyen las posibilidades de enfrentarse e ir a una guerra.
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